Existen diferentes alteraciones ginecológicas que pueden afectar a la mujer a lo largo de su vida. Las revisiones médicas son fundamentales para prevenir o tratar de forma precoz cualquier patología. Aunque no presentes ningún síntoma, recomendamos una revisión ginecológica anual a partir de edad adulta. Las patologías más comunes son:
Ese típico dolor menstrual que no te deja tranquila, que te impide hacer cosas de la vida diaria, que es incompatible con las clases de gimnasia y que te hace deambular agachada y con un guatero por tu casa, se conoce en términos médicos, como dismenorrea.
La dismenorrea es un dolor abdominal y/o pélvico intenso que aparece con anterioridad o durante la menstruación. Generalmente se inicia dos días antes y persiste hasta 24 a 72 horas después de la llegada de la regla. Se estima que entre el 25% y 60% de las mujeres lo padecen.
Corresponde a la inflamación de la mucosa vulvar y vaginal, asociada a una secreción patológica de flujo. Es una afección muy frecuente, constituyendo el 25% de las consultas en ginecología infantil. Pueden afectar a las mujeres de cualquier edad y es muy común.
Las Vulvovaginitis (VV), se clasifican en:
VV Inespecíficas: Son aquéllas en las que se encuentra flora bacteriana constituida por gérmenes habituales de la vagina o recto.
Específicas: Son aquéllas en las que se encuentra un germen, generalmente único, que no forma parte de la flora endógena habitual de la vagina.
Las VV Inespecíficas representan el 80 – 90% de las VV en la etapa prepuberal y el resto corresponde a VV Específicas. Durante la pubertad, con la iniciación de la secreción ovárica de estrógenos, esta relación se invierte.
Es un trastorno endocrino que causa uno de los desequilibrios hormonales más frecuentes en mujeres de edad reproductiva. Su descripción clásica era la aparición de amenorrea (ausencia de regla), obesidad e hirsutismo (aparición de vello en zonas en las que no debería existir).
El tratamiento del síndrome de ovario poliquístico varía dependiendo de la edad de la paciente, de su sintomatología y de sus deseos de fertilidad.
Es un sangrado del útero más duradero que el usual y se presenta en un tiempo irregular. Este sangrado puede ser más o menos abundante que el usual y presentarse de manera aleatoria.
El sangrado uterino anormal (SUA) se puede presentar:
No se presenta durante el embarazo. El sangrado durante el embarazo tiene diferentes causas. Si presenta sangrado durante el embarazo, asegúrate de acudir con tu médico especialista.
Un mioma uterino es el tumor más común que puede afectar la pelvis de la mujer. Casi nunca se convierten en tumores malignos pero es conveniente tratarlos porque pueden provocar molestias o derivar en posibles problemas. Pueden encontrarse fuera del útero (miomas subserosos), dentro del músculo uterino (miomas intramurales), dentro de la cavidad uterina (miomas submucosos) o en un tallo largo situado tanto dentro como fuera del útero (pediculados).
Son más frecuentes en mujeres a partir de los cuarenta años, y en su aparición pueden influir factores familiares o genéticos. Pueden ser únicos, pero en la mayoría de casos son más de uno. También se conocen como fibromas uterinos o leiomiomas.
¿Qué síntomas produce un mioma uterino?
Aunque a veces no dan síntoma alguno, los miomas pueden provocar:
La displasia cervical es una alteración en el desarrollo de las células del cérvix o cuello uterino. El cérvix es la parte del útero (también conocido como matriz), que está más cerca de la vagina.
Las células del cuello del útero están muy activas durante los años fértiles de la mujer, es decir cuando tienen ciclos menstruales. Esta actividad constante facilita el crecimiento anormal de algunas células cuando ciertas condiciones están presentes. Hoy en día conocemos que las alteraciones aparecen por la infección de un virus muy prevalente en el ser humano, que es el Virus del Papiloma Humano (HPV). La infección por el HPV, que se produce durante las relaciones sexuales con personas infectadas, puede producir una lesión que se denomina premaligna. Esto quiere decir que si se deja evolucionar sin los controles y tratamientos precisos, puede ocasionar que a largo plazo se desarrolle cáncer del cuello uterino.
Los hábitos de vida saludables previenen o disminuyen la aparición de displasia cervical. Si a pesar de todo llega a aparecer, existen tratamientos muy efectivos para erradicarla.
Por eso es tan importante realizar las pruebas oportunas de prevención.
El síndrome de ovario poliquístico es uno de los problemas ginecológicos más comunes que afectan a las mujeres jóvenes. Se cree que la principal causa de este problema es un estilo de vida estresante e inactivo. Los ovarios producen una cantidad anormalmente alta de testosterona, que es un sello distintivo de la afección.
1- Hazte tu revisión ginecológica anual y pruebas de Papanicolau regulares, que pueden ayudar a detectar células anormales a tiempo, reduciendo así el riesgo de cáncer de cuello uterino.
2- Practica sexo seguro.
3- Ten una dieta saludable para mantener un peso corporal saludable.
Por convención, la patología suele dividirse para su estudio en dos grandes ramas: la patología general, que se ocupa de las reacciones de las células y tejidos frente a estímulos anormales y defectos genéticos; y la patología sistémica, que analiza las alteraciones de órganos y tejidos especializados.
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